RESTAURANTE SAONA, UN HOMENAJE AL MEDITERRANEO

RESTAURANTE SAONA, UN HOMENAJE AL MEDITERRANEO

 

Hoy os hablo del restaurante elegido por la canija de mi sobrina para una comida de chicas a la que no pude asistir, y que luego quise yo probar con mi maridín. Se trata de Saona, una cadena que nació en Valencia, creció en Madrid y ya han inaugurado su primer restaurante en Barcelona.

 

De sí mismos dicen que la idea del restaurante surge de una historia de amor…amor a una cala en Formentera (la de los atardeceres y los mojitos), a unos colores, a una persona, a una luz…Nació para que ames el mediterráneo cada día…

Y es que hasta su preciosa decoración transmite la esencia mediterránea, con colores naturales, materiales como madera de roble y mimbres, buganvillas…

Su carta se compone de productos de cercanía elaborados con recetas tradicionales con toques de fusión internacionales y orientales (kimchis, wasabis…). Podréis elegir entre menú de día (o de noche, o de fin de semana) a 11,90€ (bebida aparte) aunque algunos platos llevan suplemento, menú degustación (17,95€ con 6 entrantes, un principal a elegir y 3 postres) o comer a la carta. Todos ellos son menús de calidad y, como veis, a precios accesibles.

 

Nuestra experiencia

Restaurante saona

 

Nosotros fuimos al de la Moraleja pero la family también ha visitado el de Denia y el de las Tablas.

El servicio fue ágil y educado (supongo que algo ayudaría que comiéramos un día de Agosto entre semana, a las 16:00 y prácticamente solos).

El local (preciosísimo, como podéis ver en las fotos) cuenta con varias estancias, y es el único en Madrid que ofrece terraza cubierta y descubierta además de sala.

Decidimos pedir menú del día, que consiste en escoger un entrante y un principal de entre 10-12 platos. Nuestra selección fue pulpo sobre alioli de patata, aceite de pimentón y crujiente de jamón (un poquito salado pero delicioso) y las tortitas de tataki de atún sobre aguacate y mahonesa de wasabi (muy ricas). Los principales, canelón trufado de longaniza, setas y parmesano (también salado de más pero delicioso) y un exquisito lomo alto de novillo argentino (solo disponible en ese local, pero si vais a otro yo me quedé con ganas de probar el costillar ibérico cocinado a baja temperatura, aunque dudo mucho que puedan superar el de nuestro adorado Tonatiuh) con patatas un poco guarripeich. Y los postres la exquisita pero contundente tarta banoffee de galleta, plátano, dulce de leche y nata y la crema de chocolate blanco con sirope de mango y helado de limón.

 

Mi veredicto: bueno (sin muy), muy bonito y barato (sin muy). La semana que viene más colores, y sabores…!!. Mua!!



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