SUPERCHULO MADRID : CUENTA COLORES, NO CALORÍAS
“Feeding lively minds, salud y optimismo aplicable a la mesa”.
Ayer, preapocalipsis zombi, tocaba conocer un restaurante al que ya hace tiempo le tenía muchas ganas: Superchulo, y os aseguro que hace honor a su nombre.
El local es un amplio, luminoso y acogedor espacio de estilo industrial, con ladrillo visto y madera como elementos conductores. Tiene varios salones que ofrecen distintos ambientes, algunos decorados con bonitos murales y coloridos neones y cocina vista para ver el proceso de elaboración de los platos. La planta de abajo alberga la caverna cocktail bar, con música en directo.
Se ha convertido en un verdadero place to be en Malasaña, perfecto para unos cocteles afterwork o como reclamo para vuestros seguidores de instagram pero sobre todo, como restaurante de comida ecológica vegana y vegetariana y sin gluten, que satisfará incluso a los que no lo son.
En Superchulo ofrecen desayunos, comidas, meriendas, cenas y copas, con una carta compuesta por coloridos platos realizados con ingredientes naturales, ecológicos u orgánicos. Y es que como dice su eslogan “cuenta colores, no calorías”, cada plato es un boom de color.
Cuentan con una gastronomía original, sugerente y sostenible, con ingredientes y elaboraciones naturales (ni químicos ni alimentos procesados) atendiendo a la necesidad social de cuidar nuestro entorno y sin sufrimiento animal.
Nuestra experiencia
Con nosotros el personal fue muy amable y atento, acercándose en un par de ocasiones para interesarse por si estábamos disfrutando o necesitábamos cualquier cosa.
Respecto a la cocina, la comida muy buena y su presentación cuidadísima, visualmente espectacular. Os recomiendo la deliciosa pizza trufada, cuya masa está hecha con harina molida en piedra y ecológica y cocinada en un horno italiano de piedra. También debéis probar su pasta fresca, la chulísima burger o tapear con su Picnic con totopos, focaccia y crudités de verduras acompañados de hummus, pesto de tomate, guacamole y queso. Todo esto acompañado de alguno de sus coloridos smoothies y de su imprescindible Gordon Square de postre. Por cierto, se trata también de un lugar perfecto para ir a desayunar y disfrutar de los acai bowls.
En mi opinión se trata de comida saludable y sabrosa a un precio razonable, quizás un poco elevado para ir con frecuencia (por cierto, no aceptan tickets restaurant!!), pero coherente con la calidad de sus productos. Ser ecofriendly nunca fue barato!!.
Conclusión. Bueno, bonito y barato (tirando a normal).
Y ahora toca pasar unos días de perfil bajo, como poco hasta que llegue Madreat. Mua!!