EL VAGON DE BENI, PARA LOS MÁS ROMÁNTICOS
Albricias!. Tras varios intentos fallidos (estaba previsto por mi cumpleaños pero el municipio estaba confinado) por fin pudimos conocer el Vagón de Beni en nuestro último aniversario.
El restaurante está situado en Hoyo de Manzanares, a unos 40km de Madrid, lo que no os debería servir de excusa para no ir, ya que no puede ser más original (solo hubo otro en Segovia que desgraciadamente ya no está en funcionamiento) ni más romántico.
Allí os sentiréis trasladados a un coche salón de la Belle Epoque o al famosísimo Orient Express, en cualquiera de sus dos vagones de tren antiguos restaurados y hoy convertidos en lujosos y románticos restaurantes con un ambiente único gracias a su decoración, su iluminación…
Nos cuentan que en el propietario adquirió en 1989 el vagón de madera de 1931, el grande, que restauró durante años 5 años hasta abrirlo al público como restaurante. Más adelante se quedó pequeño y compró un segundo vagón, en este caso uno de vía estrecha que había estado al servicio de Alfonso XIII.
Por otro lado, y sobre todo ahora de cara al veranito, en la parte trasera han abierto una terraza que recrea el andén de una vieja estación, y a la que, decorativamente hablando no le falta de na (que no que no), encontraréis maletas, carteles con indicaciones, el reloj…
Su carta se compone de recetas clásicas interpretadas con un punto de modernidad, una cocina de tradicional actualizada cuidando al máximo sus presentaciones.
Los platos de su carta y de los menús van cambiando en función de la temporada.
Nuestra experiencia
Nosotros pedimos el completísimo menú gastronómico ( que solo se sirve de martes a jueves) que incluye un aperitivo, dos entradas, pescado, carne y postre por 35€. Las bebidas se cobran aparte.
Nuestro menú consistió en:
Crema de calabacín
Croquetas caseras de carabineros, buenas, sin más
Ensalada de queso de cabra Suerte Ampanera, con jamón de pato, cremoso de pera conferencia y Pedro Ximenez. Muy rica.
Merluza meunière de pincho en salsa marinera y berberechos. Deliciosa y en su punto.
Rabo de toro al estilo Wellington, o sea, hojaldrado. Originalísimo y delicioso
Helado.
Durante toda la comida la atención nos pareció excelente y el servicio extremadamente amable.
Os recomiendo reservar, sobre todo si vais a ir en fin de semana o en verano, ya que con las medidas covid no hay demasiadas mesas disponibles. Por cierto, una cosa curiosa, en la mesa nos dejaron una pieza de metacrilato para poder abrir las puertas del servicio con ella y no tener que usar las manos.
Para nosotros fue una velada inolvidable, de 10, en un restaurante mágico con una comida exquisita y una ambientación increible (íntimo y acogedor) ideal para ocasiones especiales por su precio algo elevado.
Mi veredicto. Bueno (muy), Bonito (muymuy) y no barato (pero muy bien pagados si vas en alguna ocasión especial.
Que nos vamos a Azores!!!. Os cuento a la vuelta. Mua!!